Nuevos intentos

Ella no se decidía avanzar. Pareciera que le hubiesen clavado los pies en el pavimento. Algo la retenía ahí más allá de su propia voluntad. Sus fuerzas se fueron tras de él. Y el se alejaba de su camino, ponía distancia entre ambos...una distancia que significaba, no sólo la ruptura de aquel pacto, sino el final de de todo su futuro. Se sentía agotada...demasiadas veces lo había vuelto a intentar. Esta vez ya no veía una luz en el camino.. ese camino que tantas veces recorrió en busca de una razón lógica para creer que el amor si existe. Basta ya!! se dijo a si misma. No puedo más.

Del otro lado una madre lloraba la perdida de su hijo. Lloraba desde adentro...gritaba, y pareciera que cada grito que emitía traía consigo un pedazo de sus entrañas. Todos la miraba...ella no sentía esas miradas sobre ella. Estaba sola...sólo atinaba a gritar: Mi hijo...me han matado mi hijo. Se apretaba el vientre como tratando de retenerlo en ella...como si aun éste estuviera dentro de ella. Pero no era así...el niño estaba en un féretro.. frío, inerte, ausente. Y ella lloraba. Y sus lágrimas caían a chorros en su rostro. Un rostro joven pero maltratado por la vida, por la suerte.

El la miraba. Se preguntaba por qué? Por qué nuestro hijo? Quería consolarla...pero no tenía fuerzas para sosternese ni el mismo en pie. Sólo contemplaba su llanto. Como si cada lágrima que ella derramaba representara una propia. El no lloraba, eso parecía. Se veía fuerte, firme...pero por dentro gritaba más fuerte que la madre...sus llanto era interno. Por que? Por que nuestro hijo?

Del otro lado de la calle, la joven miró. Vió el alboroto, escuchó los lamentos...comprendió lo que sucedía...una perdida...una ausencia. Se acercó ...vió a la madre..más al fondo vió al padre...lloraba la madre, sufría el padre. Ella secó sus lágrimas...sus lágrimas por Él . Volvió a llorar...pero esta vez..lloró de rabia consigo misma...cuantas lágrimas por un fallido amor...se sintió avergonzada...lloró. Nuevamente lloró. Pero esta vez.. acompañó en su dolor a la madre...y a pesar de la pena por la situación en la que estaba se sintió agradecida...amores van y vienen. Los arrebatos del desamor generan nuevos intentos, un nuevo amor, pero los arrebatos de la muerte ...eso no tiene nuevos intentos...no tiene cura...no tiene olvido.